Me produce una particular satisfacción haber podido colaborar en el interesante proyecto expositivo de Victoria Cano en las salas de la Real Academia de España en Roma, gracias al entusiasmo y profesionalidad del actual Director de la Real Academia, y buen amigo, Don Enrique Panés y a la inestimable ayuda de la Consellería de Cultura y Deporte de la Generalidad Valenciana y del Rectorado de la Universidad Politécnica de Valencia.
He podido seguir su trayectoria profesional desde hace bastantes años, primero como profesor suyo en las viejas aulas del antiguo Convento del Carmen, en Valencia, y años más tarde, al tener yo el honor y la fortuna de dirigir la Real Academia de España mencionada, pude reencontrarme con su recuerdo dado que unos años atrás, Victoria había sido becaria en la centenaria institución.
Recuerdo que su decidida vocación plástica, su actividad incansable –hasta hoy- le habían hecho evolucionar de manera más que satisfactoria. Profesora ya en la Facultad de Bellas Artes de Valencia, tuvimos ocasión repetidas veces de encontrarnos y cuando ya más recientemente he podido estudiar su obra en las amplias estancias de su magnífico estudio, he comprobado hasta qué punto sus planteamientos eran, y son, sólidos y claros.
Nada temerosa de los grandes formatos, ha sabido penetrar en lo más profundo del género humano, buscando, con sus perfiles, sus huellas dactilares, casi siempre presentes, y sus símbolos, un permanente encuentro con el hombre.
Como una lógica y razonable consecuencia de ello, la representación visual plástica y a veces corpórea del libro como objeto, es un elemento habitual en sus obras. Entronca por tanto con una de las más viejas tradiciones humanas, la fijación de las ideas en soportes permanentes, haciendo de ese soporte un símbolo visual misterioso y atrayente.
En este mismo catálogo pueden verse sus más recientes obras, sus propias opiniones y su extenso quehacer profesional. Por todo ello, no cabe sino felicitarse y desearle los mejores éxitos en esas salas de exposiciones de la romana academia española, que tantos y tan gratos recuerdos nos traen a ambos.
Felipe V. Garín Llombart. Comisario de la exposición.